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Así vive Heung Min-Son su entrenamiento militar

El delantero surcoreano, estrella del Tottenham inglés, fue ordenado por el gobierno de su país a realizar tres semanas de preparación como parte de su servicio militar obligatorio en abril pasado

Heung Min-Son(EFE)

Heung Min-Son | EFE

Con la cara bien tapada, un rifle colgando de su hombro derecho y un casco de protección que repite en notorios caracteres amarillos el número que tiene cosido en un parche rojo en la solapa de su traje camuflado: 136. Seguramente, Heung Min-Son nunca se imaginó verse así, pero ese pensamiento era apenas una ilusión. Sabía que como todos los jóvenes de su país le llegaría el momento de presentarse a la isla de Jeju, al sur de su Corea natal, para esa obligación tan temida: el servicio militar.

La base naval de Jeju, que empezó a usarse en 2016, es el sitio preferido por el gobierno surcoreano para llevar a cabo el programa de entrenamiento militar obligatorio al que todos los hombres saludables de entre 18 y 28 deben someterse en algún punto en sus vidas. Consiste de un mínimo de un año y medio en la armada o el cuerpo de marines, pero puede extenderse a un año y nueve meses en la fuerza aérea. En 2018 Son había sido eje de una gran polémica cuando luchó por ser exceptuado del servicio.

Uno de los criterios para recibir el perdón data de 1973, cuando el país buscaba la excelencia atlética: quien ganara medallas para Corea del Sur, no debería realizar el servicio militar. Sin embargo, con los años la reglamentación fue modificándose. Como parte de la selección sub 23 que se llevó el oro en los Juegos Asiáticos de 2018 (donde convirtió un gol en la fase de grupos) se creía que Son se había salvado. Pero como conscripto grado 4, aún debía superar cuatro semanas de entrenamiento.

A los 27 años, justo al borde de su periodo de selección, Heung Min-Son sufría al pensar que tendría que dejarlo todo para atravesar la conscripción. Pero en marzo, cuando la pandemia del coronavirus detuvo el deporte mundial, Son decidió volver a su país natal para comparecer ante el gobierno de Corea del Sur, que ayudó a su estrella deportiva y le ordenó ponerse a la orden de inmediato: el 20 de abril pasado, Son se reportó a Seogwipo, en la isla de Jeju, para comenzar su mes en la milicia.

El delantero, que no juega al fútbol desde febrero tras fracturarse su brazo derecho en un encuentro ante Aston Villa, debe ahora mirar desde lejos mientras sus compañeros de Tottenham regresan a las prácticas de cara a un potencial retorno a la temporada. Aún le quedan unos días de su propio entrenamiento, en el que además de aprender a disparar un arma de fuego fue expuesto a gas lacrimógeno, realizó pruebas biológicas, químicas y nucleares y formó parte de un programa de "educación disciplinaria".

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